Olga Thaureaux Puertas
Hace unos 15 años, Adriana, hoy estudiante universitaria, se preguntaba por qué no había un día para homenajear a los hombres, si como es conocido, el 8 de marzo es dedicado a las mujeres, y se festeja mundialmente.
Ella en aquel momento indagaba qué debía hacer, a dónde podía escribir para dirigir su preocupación, muy justa por demás. Confieso que no supe qué decirle, y al parecer con sus obligaciones escolares, su inquietud pasó a otro nivel de prioridad.
Hace unos meses en el bregar de esta linda profesión y ante la interrogante de otra persona, me di a la tarea de indagar.
Pues no dejo todavía de estar asombrada. Según varias fuentes consultadas en Internet, desde 1999 se celebra el Día Internacional del Hombre, a propuesta de Thomar Oaster (profesor de la Universidad de Missouri- Kansas), iniciándose por Trinidad y Tobago.
La bibliografía recoge que en “noviembre de 2009 el Dr. Teelucksingh y otros miembros del Comité de Coordinación de los Derechos Internacionales del Hombre, formalmente ratificaron los principales objetivos de ese Día, con la idea de proteger sus valores centrales y ofrecer un punto de referencia fiable para los futuros celebrantes”.
Es así que los propósitos de la festividad son tratar temas de salud de varones jóvenes y adultos; resaltar el rol positivo y las contribuciones que los varones hacen diariamente tanto a su comunidad como a la sociedad; promover la igualdad de género y celebrar la masculinidad.
Por demás se dice que la fecha, el 19 de noviembre, se celebra en más de 50 países, incluyendo a Cuba. Sí, estoy segura de que su reacción será de asombro. Pero lo más importante ahora es saber que existe y proponernos hacerlo valer.
Los hombres merecen ese espacio y sobre todo que se calorice e interiorice. Poco a poco la motivación crecerá, pero eso solo depende de cada uno de nosotros.
Es momento de que nuestros padres, esposos, hijos, hermanos, compañeros de estudio o de labor, sientan el reconocimiento social que merecen.
Todos, hombres y mujeres, marchamos juntos en la construcción de nuestro entorno. Por eso desde ya los estoy felicitando, y aún tenemos tiempo para agasajar a la fuerza masculina que nos rodea.