
La historia de Cuba nos sigue llevando a las coincidencias. El 25 de noviembre de 1956 salió Fidel Castro desde México en el yate Granma, hacia Cuba. Ese mismo día, pasados 60 años, recibimos de boca de nuestro presidente, Raúl Castro, la triste noticia: “Hoy 25 de noviembre, a las 10:29 horas de la noche falleció el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz. En cumplimiento a la voluntad expresa del Compañero Fidel, sus restos serán cremados. En las primeras horas de mañana sábado 26, la comisión organizadora de los funerales, brindará a nuestro pueblo una información detallada sobre la organización del Homenaje póstumo que se le tributará al fundador de la Revolución Cubana. ¡Hasta la victoria siempre!”
La consternación, el letargo y la tristeza nos invadieron a todos. Por estos días en que nos preparamos para conmemorar los 60 años del alzamiento de la ciudad de Santiago de Cuba y el desembarco del Granma, recordamos frases y momentos que dicen de su grandeza eterna, de su visión de futuro: “Si salgo, llego; si llego, entro; si entro, triunfo”.
Y así fue, el triunfo fue una realidad el 1 de enero de 1959. Los balcones del ayuntamiento de la ciudad se abrieron para compartir la noticia: ¡La Revolución Cubana ya era un hecho! El recuento de su obra es interminable y hoy, con su partida física se eterniza. Sus ideas no han muerto y su grandeza y su gloria se acrecientan.
Hoy nos atrevemos a decir que la historia lo inmortaliza, pues como dijo Martí “La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”.
A pesar de ello, es mucho el dolor que nos embarga. La noche del 25 de noviembre y la madrugada del 26 han sido largas e indescriptibles. Pero debemos inspirarnos en sus ideas y seguir adelante. En una ocasión Fidel dijo: “Tengo la satisfacción de haber creído profundamente en el pueblo de Cuba y de haberles inculcado esa fe a mis compañeros. Esa fe, que más que una fe es una seguridad completa en todos nuestros hombres. Y esa misma fe que nosotros tenemos en ustedes es la fe que nosotros queremos que ustedes tengan en nosotros siempre”.
Y así fue. El pueblo de Cuba, y los santiagueros en particular, hemos confiado, y hemos respaldado la obra de Fidel que es lo mismo que decir la obra de la Revolución. Fidel, hoy en medio del dolor, te reafirmamos el compromiso que una vez pediste a tu pueblo: “Sigan adelante sin dar un solo paso atrás ni para coger impulso”.
Así lo haremos, así seremos, fieles a ti y a tu legado, porque has dejado huellas indelebles en le historia del mundo, en la revolución cubana, en tu pueblo, porque tu moral es tan alta como las estrellas, y tu conducta intachable, te decimos ¡Hasta Siempre, Fidel!