Olga Thaureaux Puertas
Confieso que estaba entre mis pronóstico –y creo que de muchos cubanos- esto que sucedió en el foro de la sociedad civil, paralelo a la Cumbre de Las Américas en Panamá.
Y es que es muy difícil mantener pasivo ante ciertos “detalles”. Según dice la declaración de la delegación de Cuba “a pesar de que sus 68 miembros habían cumplido los requisitos exigidos para la inscripción y recibido los mensajes formales de aceptación del Comité Organizador, el equipo encargado de estos trámites, informó que no estaban listas las credenciales y atribuyó la demora a cuestiones organizativas y técnicas”.
Más adelante señala el documento que: minutos antes de iniciar el foro todavía 28 delegados no habían recibido su credencial, pero se informó que podrían acceder a la sala, mostrando su pasaporte. Al llegar, se encontraron con la sorpresa de que no existía lista alguna y de que no se les permitiría entrar. Luego se supo que a varios de los mercenarios ya denunciados se les estaba permitiendo el acceso a través de otra puerta.
“Gracias a la protesta de la delegación en el umbral de la sala, a unos minutos de la apertura, se logró que entraran todos los compañeros acreditados. Allí reiteramos las denuncias acerca de la presencia en el Foro de los mercenarios y nos retiramos por respeto al Presidente Varela, que tendría a su cargo la inauguración.
“La delegación cubana no compartirá el mismo espacio que los mercenarios y terroristas. Una vez más exigimos que sean expulsados del evento por no representar al digno pueblo cubano”.
Demasiadas “coincidencias” para un evento de tal magnitud donde se supone que no caben las improvisaciones.
Ha quedado clara la posición de Cuba, no se trata de no estar en el mismo espacio porque se piense diferente, no, ese no es el caso ni el momento, se trata de personas asalariadas por el imperio, con larga hoja de servicio en contra de Cuba, haciéndose pasar por buenas personas. Qué será lo que defienden?
Esperemos la segunda jornada, pero no creo en tantas “casualidades”.